Carolina López-Malla es Gestora Aeronáutica y comenzó su carrera en la dirección de operaciones de compañías aéreas, donde confirmó su vocación por la formación de sus tripulaciones. Llegó a SENASA primero al Servicio de Atención al Usuario y, posteriormente, a la Gerencia de Estándares de Vuelo, donde continuó desarrollando su trabajo en el entorno de la formación de pilotos. Desde 2014 Carolina López-Malla trabaja como Coordinadora de Personal de SENASA del Área de Licencias al Personal Aeronáutico, concretamente en el Servicio de Licencias Profesionales de Vuelo; forma parte del Comité de Empresa desde 2018 y es miembro de SENtir la red de mujeres de SENASA.
SENASA cuenta con una amplia experiencia en Licencias al Personal Aeronáutico. ¿Qué comprende esta actividad y qué implica para el sector aeronáutico?
SENASA lleva dando soporte a la autoridad aeronáutica en materia de licencias al Personal de Vuelo desde que fuera una competencia de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), adaptándonos para dar apoyo a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) desde su creación. Como personal de SENASA en la División de Licencias al Personal Aeronáutico damos apoyo a AESA, hemos contribuido al avance del desarrollo regulatorio partiendo de la evolución de la normativa nacional a las JAR (Joint Aviation Requirements), llegando hasta la actual Parte FCL (Flight Crews Licenses) de la Agencia Europea de Seguridad Aeronáutica (EASA), la creación de la Parte MED y la aparición de figuras como las DTO o los centros evaluadores de competencia lingüística.
En la División de Licencias al Personal Aeronáutico, SENASA está presente en todos los servicios que componen y moldean las figuras de hombres y mujeres pilotos y tripulantes de cabina de pasajeros, acompañándolos en todo el proceso de desarrollo de su profesión: aquí es donde empiezan, donde se forman para crecer y evolucionar, y donde gestionan y mantienen sus competencias.
De la División de Licencias al Personal Aeronáutico dependen los Servicios de Aviación General, de Coordinación de Enseñanzas Aeronáuticas y de Formación en Habilitaciones de Tipo donde se aprueban las escuelas de enseñanza (ATO y DTO) y los cursos necesarios para que los pilotos puedan obtener su primera licencia (ya sea de avión, helicóptero, ULM, planeador o globo) y, posteriormente, las habilitaciones de clase y tipo, certificados de instructor y extensiones de atribuciones (capacitación específica por modelo de aeronave) en ellas contenidas.
De esta división también dependen otros servicios, como el Servicio de Competencia Lingüística, Tripulantes de Cabina de Pasajeros (TCP), Mercancías Peligrosas (MM.PP). Aquí se autorizan los centros evaluadores de competencia lingüística, encargados de comprobar el nivel de inglés y/o castellano de pilotos y controladores aéreos, un factor fundamental en la comunicación entre profesionales de aviación; los centros de formación inicial de tripulante de cabina de pasajeros que son evaluados y aprobados para impartir la enseñanza requerida a los aspirantes a TCP. En general, y por desconocimiento, se suele pensar que solo la tripulación técnica es parte clave de la operativa y nada más lejos de la realidad, por ello, no debemos olvidar la importancia de la figura del TCP y su formación.
Además, en este mismo Servicio y en lo relativo a las Mercancías Peligrosas, se llevan a cabo la aprobación y vigilancia continuada de los programas de instrucción de transporte sin riesgos de mercancías peligrosas impartidos por los diferentes empleadores involucrados en el transporte aéreo, a excepción de los operadores aéreo.
En el proceso de expedición de licencias, ¿qué servicios proporciona SENASA de cara a los profesionales de la aviación?
Desde SENASA se colabora con AESA en la expedición de las licencias, habilitaciones y algunos certificados a través de los Servicios de Licencias de Aviación General (certificados de TCP, licencias de aviación deportiva y de pilotos privados tanto de avión como de helicóptero) y de Licencias Profesionales de Vuelo. Por ejemplo, en el día a día del Servicio de Licencias Profesionales de Vuelo gestionamos las licencias de los pilotos que las obtienen con fines profesionales, esto es, no para uso personal. Vivimos el proceso completo del desarrollo profesional de pilotos: los vemos “nacer” desde que, a partir de los 18 años, obtienen la licencia; somos testigos de su “crecimiento” profesional cuando van cambiando de modelo de aeronave y/o de compañía; así como cuando alcanzan su máxima calificación, la licencia ATPL. En muchos casos, más de los que ellos se imaginan, los conocemos por nombre y apellido.
Por otro lado, desde la División de Medicina Aeronáutica, se verifica y comprueba que se mantienen los requerimientos médicos imprescindibles para el desarrollo de la tarea de piloto, de tripulante de cabina de pasajeros y de controlador aéreo. Desde esta misma división también se audita la labor de los Médicos Examinadores Aéreos autorizados y los Centros Médicos Aeronáuticos acreditados.
En el Servicio de Ingeniería Operacional se evalúan los dispositivos de simulación, de suma importancia en la formación de los aspirantes, ya que permiten la práctica de maniobras que, por seguridad, no deben hacerse en aeronave.
Por otra parte, en el Servicio de Exámenes se califican esos primeros exámenes teóricos que desde 2012 se tramitan por ordenador en SENASA a través de una plataforma. Es en este mismo servicio donde los pilotos gestionan autorizaciones como puede ser la prueba ATPL, la verificación de los requisitos previos para poder realizarla y donde los pilotos suficientemente experimentados obtienen y mantienen certificados que les facultan para examinar a otros pilotos o aspirantes a piloto.
No podía faltar un Servicio de Atención al Público, desde el que se gestionan las consultas que se reciben por parte de los interesados, a las que se dan respuesta o se derivan al servicio específico que corresponda. Actualmente la atención se realiza tanto por vía telefónica como por correo electrónico.
Para poder abordar tal diversidad de tareas, ¿cómo es el equipo humano con el que cuenta SENASA?
El personal de SENASA que presta sus servicios en la División de Licencias al Personal Aeronáutico contempla una cantidad de técnicos expertos impresionante con perfiles profesionales muy diversos. Contamos con un equipo de especialistas multidisciplinar; ingenieros aeronáuticos, pilotos de avión, de helicóptero, de ULM, globo y planeador, médicos, filólogos, tripulantes de cabina de pasajeros, expertos en Mercancías Peligrosas, gestores aeronáuticos y, por supuesto, personal administrativo. Todos ellos hacen posible llevar a cabo todas las tareas encomendadas por AESA para realizar los encargos.
En SENASA tenemos la suerte de contar con un gran equipo profesional, que funciona en muy buena sintonía, con grupos de trabajo compactos respaldados por años de experiencia y conocimiento.
Es importante destacar el perfil del personal administrativo porque en el entorno de las licencias, no se trata de un mero perfil de apoyo ni genérico. Las personas que trabajan dentro de esta división cuentan con una cualificación específica, tanto si se trata de personal técnico como de apoyo, cimentada a lo largo de los años de experiencia, lo que no es fácilmente sustituible ni cuantificable.
¿Cuál sería el gran reto a futuro de la División de Licencias al Personal Aeronáutico?
Cada vez existe una mayor normativa, más extensa, abarcando más campos de conocimiento. Aumentan también los requisitos de cualificación y formación que empuja a EASA, organismo que nos audita, a publicar cambios constantes a los que tenemos que adaptarnos para mantener los estándares de calidad. El hecho de contar con un gran equipo, muy bien preparado y en total coordinación, sin duda contribuye y permite que sigamos desarrollando un trabajo con resultados excelentes. Nuestro día a día viene a ser igual que el Entrenamiento Basado en Evidencias, donde debemos entrenar las competencias a diario para ver dónde fallamos, dónde debemos mejorar y en qué somos más fuertes.
Los continuos cambios en la normativa nos empujan a estar constantemente actualizados. En los últimos años hemos visto cómo se ha modificado la misma con la introducción de, entre otras muchas, el entrenamiento Upset Recovery Training (UPRT) derivado del accidente del Air France en 2009; la navegación basada en performance (PBN), el entrenamiento basado en evidencias (EBT), la regulación con requisitos más precisos para acreditar el nivel de competencia lingüística y su anotación en licencia, el método de evaluación por parte de centros evaluadores autorizados y las modificaciones en los centros de formación de Mercancías Peligrosas que, a partir del 1 de enero de 2023, cambian a formación y evaluación por competencias, teniendo que desarrollar programas específicos por empleador y lograr el cumplimiento de unos requisitos mínimos para la cualificación del personal instructor/evaluador adscrito a programas de instrucción en mercancías peligrosas por vía aérea.
Otro de los retos que encontramos es conseguir la expedición de licencias en soporte electrónico, algo que ya se veía venir pero que el COVID-19 nos ha empujado definitivamente hacia ello. Esto, que facilitaría muchísimo la gestión de las tripulaciones, es un ítem en el que la División de Licencias colaboró con EASA ya en 2019 y que, a día de hoy, tiene un futuro cada vez más cercano al estar ya trabajándose en ello con OACI (la Organización Internacional de Aviación Civil) Hay que destacar que España fue el primer estado miembro de EASA en emitir licencias y certificados firmados y remitidos por medios electrónicos. Se está demostrando el inmenso beneficio que conlleva: la agilidad e inmediatez de nuestros envíos es imparable.