Madrid 15 de septiembre de 2021
En 2010 y 2011, con Eugenia Lloréns, SENASA supo responder al nuevo paradigma del control aéreo
Los años 2010 y 2011, con Eugenia Lloréns como presidenta de SENASA, estuvieron marcados principalmente por cambios estructurales y legislativos en el sistema aeronáutico que implicaron para la organización una transformación rápida y exigente como respuesta a la liberalización y modernización de la navegación aérea. Con la implantación del Cielo Único Europeo, SENASA supo adaptarse a los nuevos requisitos para la formación inicial de controladores en un mercado más competitivo, sin dejar de ofrecer un modelo de formación de calidad y excelencia con el que se consolidó el centro de formación de SENASA. En este periodo, se afianzó también la línea medioambiental, publicando dos ediciones del Informe de Sostenibilidad en la Aviación en España, que supuso un referente en el análisis y evaluación del transporte aéreo en aquel momento.
¿Cuál es su mejor recuerdo de SENASA?
Tengo muy buenos recuerdos de SENASA, de un tiempo muy intenso, que supuso un gran reto para la organización como la creación de un nuevo modelo de formación de controladores. Pero, sin duda, mi mejor recuerdo es del equipo de personas y profesionales a los que acompañé en ese esfuerzo y en el de buscar soluciones para avanzar en todas las áreas de responsabilidad de SENASA, que son muchas y muy variadas, en un entorno económico entonces bastante desfavorable. Una sólida imagen de aquellos buenos recuerdos es la emoción de la entrega de títulos a los alumnos de la primera formación inicial de nuevos controladores. Aquello supuso para todos un enorme orgullo común, compartido con toda SENASA, que se involucró de verdad en su totalidad en la tarea de lograr ese objetivo.
¿Qué iniciativas y actividades destacaría de aquella época?
Me centraré en las dos más relevantes en ese momento: por un lado, el empuje para incrementar y asentar las tareas de SENASA como entidad sociedad instrumental, especialmente con la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), y sobre todo con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), con el liderazgo de Jacinto Nogales. Aquello, por otro lado, me permitió centrar más esfuerzos en llevar a cabo, de la mano de Paco Vergara y todo el equipo, ese gran cambio en la formación de controladores, que fue como empezar de cero, aunque contando con todo el trabajo, experiencia y empeño del equipo de SENASA.
Empezamos sin profesores, ni syllabus propio, en un nuevo entorno muy exigente y competitivo, pero se consiguió establecer una escuela de formación altamente cualificada, en ese nuevo entorno.
Tampoco quisiera dejar de mencionar el esfuerzo por incrementar el potencial y know-how de SENASA a nivel formativo y de capacitación para terceros países, especialmente con países de Sudamérica, con los que se ha colaborado de forma estrecha creando unas relaciones duraderas para la mejora de la seguridad aeronáutica internacional. Y por último, recordar que mantuvimos el posicionamiento de SENASA como referente en el área medioambiental, publicando los informes de indicadores de sostenibilidad aeronáutica.
Podría seguir mencionando una por una las actividades que en aquella época desarrollamos o a las que dimos continuidad, porque creo que toda la plantilla se unió al proyecto y me sentí muy acompañada en todas las decisiones que tomamos, por pequeñas que fueran. Pero quizá las anteriores fueron las que requirieron de la mayoría de mi tiempo y mis esfuerzos.
¿Qué fortalezas definen a SENASA como organización al servicio del sector público?
Uno de los valores más reconocidos de SENASA es su cartera de expertos y técnicos altamente cualificados, y a la vez muy versátiles, que sitúa a SENASA como parte integral, de la mano de AESA, en el denominado Sistema de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EU Aviation Safety System) y en el nuevo modus operandi con EASA dentro de los acuerdos de colaboración con la agencia europea (EASA). En el momento actual, especialmente tras la pandemia del COVID-19 y su impacto negativo para la aviación, es crítico estar y ser reconocidos como parte de este sistema. Esto permite poder participar eficazmente en el reto de “vuelta a la normalidad operativa” y en la recuperación sostenible del sector aeronáutico.
¿Cómo valora el futuro de SENASA?
En estos momentos de continuo reto y con el actual entorno económico, creo que es muy importante contar con una estrategia decidida y compartida de apoyo a la Administración y al sector aeronáutico. Es crucial mantener y reforzar su capacidad de adaptación y de dar respuesta a las necesidades del sector público, especialmente del sector de la aviación, en cada momento. Por su parte, SENASA debe asumir su papel en este nuevo entorno, sin duda lleno de retos, y nuevas formas de responder y “hacer” ante estas nuevas oportunidades.
Estoy convencida de que gracias a esas fortalezas en conocimiento y experiencia aeronáutica y a la agilidad en esa adaptación de su equipo directivo, sus técnicos y equipo humano, SENASA podrá afianzar y potenciar su liderazgo a nivel nacional e internacional.
Mis mejores deseos para SENASA en estos tiempos revueltos, podéis contar siempre con mi apoyo y mi respeto. ¡Os deseo un muy buen viaje para otros 30 años llenos de éxito y retos conseguidos!