SENASA cuenta con una nueva Unidad de Desarrollo de Negocio, liderada por Francisco Belda, creada a finales de 2020 con el objetivo de posicionar a la empresa como referente en conocimiento y experiencia en seguridad operacional y seguridad física, drones y sostenibilidad, no solo el aeronáutico, sino también en otros medios de transporte. Francisco Belda cuenta con una amplia experiencia en la aviación civil y es compañero de SENASA desde 2008, cuando entró a formar parte del equipo SECURITY como Auditor AVSEC, del que años más tarde se convirtió en coordinador. Ahora afronta el reto de impulsar la actividad comercial de SENASA para poder aprovechar los cambios que se avecinan dentro del sector.
¿Cuál crees que es el futuro del sector aeronáutico español?
Es una cuestión compleja y no se puede predecir exactamente qué va a suceder. Si miramos el entorno actual, podemos ver que el sector aéreo se enfrenta a dos grandes retos y a una gran oportunidad.
El primer reto es superar la pandemia. Aunque se trate de una situación global y que afecta a todos los modos de transporte, no en todos lo hace en la misma medida. El transporte aéreo, debido a su carácter universal y a que es capaz de conectar a personas que se encuentran al otro lado del planeta en menos de 24 horas pasando por varios países, ve mermada su capacidad o su atractivo si se producen cierres de fronteras o cuarentenas. Para asegurar que se pueda llevar a cabo la actividad, es necesaria una armonización de las normas, como ya se ha hecho tanto en España como en el resto de Europa. También hace falta una mejora de los estándares sanitarios a nivel mundial para que se pueda garantizar esta universalidad. El objetivo para conseguir la vuelta a la normalidad debería ser que todos los puntos de origen fueran seguros y, para poder conseguirlo, hay que ir más allá de la propia aviación.
El segundo gran reto es la sostenibilidad. El transporte aéreo está trabajando desde hace unos años para ser cada vez más eficiente y sostenible. En este punto, la aviación ha conseguido aunar esfuerzos y todos los actores están involucrados: la administración, los gestores de infraestructuras, los proveedores de servicios de navegación aérea, las compañías aéreas, los pasajeros, etcétera. Una muestra de ello son los numerosos proyectos y licitaciones en los que están envueltos tanto organismos como empresas nacionales e internacionales con objetivos como mejorar niveles de ruido, aumentar el uso de combustibles sostenibles y reducir las emisiones, entre otros.
En tercer lugar, existe una oportunidad con el auge de los drones (UAS), que gracias a los desarrollos tecnológicos (5G, inteligencia artificial, robótica, big data…) van a generar una aviación que hasta ahora no conocemos. Los drones democratizarán el espacio aéreo haciéndolo accesible para gran parte de la población. Esto nos va a permitir cambiar unos procesos que, a día de hoy, son caros, peligrosos y contaminantes, por otros más económicos, seguros y sostenibles.
¿Cómo ves a SENASA para afrontar estos retos y oportunidades?
En SENASA tenemos la suerte de contar con un equipo de grandes profesionales, que poseen un gran conocimiento del sector y han estado trabajando en estas cuestiones desde hace mucho tiempo.
Actualmente nos encontramos en una buena posición, aunque esto no significa que todo el trabajo esté ya hecho. Tenemos que mantenernos alineados con el sector y con la Administración para favorecer el correcto desarrollo del transporte aéreo.
Se han hecho, se continúan haciendo y se tendrán que incrementar los esfuerzos para mantener y mejorar la posición de SENASA en dos cuestiones que van a seguir creciendo una vez se inicie la recuperación del sector. Por un lado, existe una apuesta clara por la sostenibilidad mediante, por ejemplo, el apoyo a proyectos de biocombustibles a partir de residuos urbanos que esperamos que pronto sean una realidad. Por otra parte, en relación con los UAS, se han impartido cursos de formación para nuestro personal, nos hemos adaptado a la nueva normativa en temas de formación y SENASA ya está certificado como operador. Estamos muy satisfechos de que todo este trabajo haya empezado ya a dar sus primeros frutos.
¿Qué crees que aporta SENASA a la sociedad?
Como he dicho antes, SENASA cuenta con profesionales que poseen un gran conocimiento en el transporte aéreo. Esa es nuestra propuesta de valor y nuestro gran aporte a la sociedad: un conocimiento amplio y profundo del sector del transporte aéreo.
Esta propuesta de valor no está destinada únicamente a prestar ese conocimiento a entidades del sector aéreo como autoridades y organismos internacionales (que son nuestro segmento principal), sino también a aquellos que más pronto que tarde van a usar el espacio aéreo gracias a los UAS. Algunos de estos casos serían, por ejemplo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las autoridades portuarias, los gestores de infraestructuras, etcétera.
Este conocimiento que posee SENASA tiene un valor adicional, que reside en que se trata de un conocimiento complejo por la naturaleza del sector. Factores como su repercusión social, su carácter global, su evolución o el miedo a volar han hecho que se desarrollen metodologías y procedimientos que pueden ser útiles para su aplicación en otros medios de transporte, como por ejemplo el sector ferroviario, que ya está evaluando sistemas de seguridad física e implantado sistemas de gestión de la seguridad operacional con estándares aeronáuticos.
¿Cómo ponemos a disposición esa propuesta de valor?
Ofrecemos nuestro conocimiento esencialmente en dos tipos de servicios: la formación y la consultoría o labores de apoyo. Cada uno de nuestros profesionales pone diariamente la experiencia y conocimientos de SENASA al servicio del sector: en las reuniones, en las inspecciones, en las tareas de mantenimiento, en la impartición de formación… en todos estos momentos, cada profesional actúa como prescriptor de la empresa y de su propuesta de valor. Ellos son los poseedores del conocimiento y el presente y futuro de la organización.
Nuestra tarea consiste ahora en animar, favorecer y facilitar que nuestros profesionales muestren esa propuesta de valor para transformarla en oportunidades para avanzar. Tenemos que estar a la altura de un sector muy cambiante y cada día más exigente, pero lleno de retos y oportunidades.